LO ESENCIAL SOBRE EL KAJIRUS (ESCLAVO VARÓN). PERGAMINO Nº 19
La mujer no es el único género susceptible de ser esclavizado en Gor. Los hombres también pueden afrontar ese destino, aunque en menor número. En Gor uno de los términos para el esclavo varón es “kajirus”, y su forma plural es “kajiri”. “Kajiri”, además se utiliza para designar un grupo de esclavos compuesto por hombres y mujeres. Un error frecuente es creer que “kajirus” es el plural del singular “kajiru”. El número de esclavos varones en Gor es muy pequeño, especialmente en las ciudades. Sólo un 10% de los esclavos de Gor son hombres. Los hombres capturados en guerras y asaltos son generalmente asesinados en lugar de capturados y esclavizados. La mayoría de los esclavos varones son deudores o criminales, aunque un pequeño número son cautivos.
Los esclavos varones suelen ser esclavizados por motivos económicos, como mano de obra barata. La filosofía goreana del “orden natural” apoya la esclavitud femenina, pero no la masculina. La sociedad goreana reconoce sin embargo la validez, la legalidad y la necesidad económica de la esclavitud masculina. Es una decisión más práctica que basada en una filosofía más profunda. Según estas justificaciones cualquiera puede ser esclavizado. No todas las instituciones sociales necesitan tener una base en un sustrato filosófico. Algunas son simplemente conceptos prácticos.
Pocos esclavos varones son considerados valiosos, y generalmente no alcanzan precios muy altos, ni siquiera en subastas. Las principales excepciones son los esclavos de seda y los exóticos. El precio más alto normal por un esclavo varón es de un tarso de plata. Muchas esclavas se venden por precios mayores que ese. También son escasos los esclavos varones con mucho pedigree. Hay poco motivos por los cuales criar esclavos varones, excepto los exóticos. Casi cualquier goreano puede servir como esclavo de trabajo corriente. Los tipos de kajiri más comunes son los esclavos de trabajo, que se usan en galeras, minas, grandes granjas, o como porteadores en los puertos. Puerto Kar, Cos y Tyros utilizan miles de esclavos en sus galeras. En otras ciudades se les emplea para las labores menos agradables, como los agujeros de rechazo o la limpieza de los baños públicos. A otros se les utiliza para tirar de carros en equipo. La mayoría trabajan encadenados junto a otros esclavos. En algunas ciudades, como Ar, rara vez se ve un esclavo sin encadenar. Las cuadrillas de trabajo pueden consistir en 50, 100 y hasta 1.000 hombres. Se les considera generalmente mano de obra barata y prescindible.
Las cadenas de trabajo de libres también existen, ya que a los esclavos no se les permite participar en algunos trabajos de construcción. No se utilizan esclavos de trabajo para construir calzadas, trabajos de asedio, levantar murallas, o la construcción de templos ni edificios públicos. Sin embargo, en multitud de aspectos, las cadenas de libres no se diferencian demasiado de las de eslavos. Muchas están compuestas por criminales. Estos criminales han sido vendidos, por una cuota nominal para trabajar en cuadrillas el resto de sus condenas como obreros. Aunque técnicamente se supone que se les liberará cuando concluya su condena no todos acaban siendo liberados. Algunos encargados de obra establecen normas muy estrictas para sus trabajadores. En caso de violarlas, se amplía su condena. Estas normas se crean de manera que la mayoría de los trabajadores acabe violándolas en algún momento, con el efecto de mantener a sus trabajadores más tiempo del estipulado en la sentencia original. A estos trabajadores se les somete a una disciplina similar a la de los esclavos, y el encargado puede hacer con ellos lo que guste, incluso matarlos.
Probablemente los esclavos de trabajo más bajos son los esclavos de la sal de Klima. Klima se encuentra en lo más profundo del país de las dunas, en la región de Tahari. Su emplazamiento exacto se mantiene en secreto. Miles de esclavos de la sal trabajan allí para extraerla de tanques de salmuera, generalmente mediante perforación o dragado. A los esclavos se les lleva allí a pie. Se les encapucha, encadena y se les lleva a través del desierto. Algunos nunca alcanzan Klima. Escapar de Klima es casi imposible y nadie, hasta que lo hizo Tarl Cabot, lo consiguió jamás. No se permite el uso de kaiilas, y no hay agua en mil pasangs. No se permite la presencia de mujeres, y el horario de trabajo es desde al amanecer hasta el anochecer. Es un trabajo inhumano y pocos esclavos duran mucho tiempo allí.
Otros esclavos acaban como esclavos luchadores, bien gladiadores o guardaespaldas. Muchas ciudades goreanas disponen de arenas para el combate de los gladiadores. El combate suele ser bastante letal y muchos esclavos luchadores son gravemente heridos o mueren durante los juegos. Estos kajiri aprenden a usar los cestae y otras armas para la lucha en arena. El cuchillo gancho, pequeño, grueso y de hoja curva, se suele utilizar, a veces envainado. Cuando el combate no es a muerte, se impregna la funda con un pigmento azulado para marcar los golpes. Generalmente, los hombres libres no forman parte de los combates en arena.
Otros esclavos luchadores menos formales son los que combaten en establos, principalmente para el entretenimiento de las castas bajas. La mayoría de estos combates no son más que grescas sangrientas. Los combates suelen dividirse según el peso de los contrincantes. Ambos luchadores, desarmados, entran en un agujero poco profundo. Llevan los puños normalmente enfundados en cuero para no romperse las manos. Se realizan apuestas, y hay pocas reglas en el combate excepto agarres hasta provocar la muerte. Los hombres pueden utilizar patadas, puñetazos... hasta que sólo uno de los dos contrincantes queda de pie sobre la arena. Otro tipo de esclavos son los que se usan en la caza, como presa. Un deporte popular entre algunas mujeres.
Poco se dice en los libros sobre el uso de esclavos como guardaespaldas, ni se dan pautas para su utilización. A los esclavos no se les permite, en general el uso de armas, así que no está claro si estos kajiri pueden o no llevarlas. Un esclavo dará su vida para proteger la de su dueño, aunque tenga que luchar desarmado. De todos modos, a la hora de protegerse, cualquiera confiaría antes en un Casta Roja que en un esclavo.
Algunos esclavos realizan trabajos menos extenuantes. Los asistentes de las tabernas de paga son esclavos que trabajan en dichas tabernas, supervisando a las kajirae y la recaudación por la paga y el uso de las esclavas. Algunos esclavos también trabajan como actores en los teatros de las ciudades, y otros realizan trabajos básicos de algunas castas, generalmente el más monótono y de menor importancia.
El tipo de esclavo varón más valioso es generalmente el esclavo de seda, esclavos certificados de mujeres, similares a las esclavas de placer. Son hombres apuestos que han sido especialmente entrenados para atender las necesidades de las mujeres. Se venden en subastas especiales para mujeres, vetadas para los hombres libres. Los esclavos de seda suelen obtener mayores precios que muchas esclavas. La mayoría de los escavos de seda pueden llegar a costar entre 4 y 6 tarsks de plata. Esto no es más que el resultado de la oferta y la demanda, pues son escasos en Gor. La mayoría de los goreanos serían pésimos esclavos de seda. Hay esclavos de seda masculinos y afeminados. Algunas mujeres temen al tipo masculino, pues les preocupa que se rebelen contra ellas algún día, y acaben haciéndolas sus esclavas. Otras, secretamente, se deleitan ante esta posibilidad. El tipo afeminado rara vez se utiliza para cría. Pocas libres se preocupan de ocultar su desnudez en presencia de sus esclavos de seda. Sin embargo, muchas de ellas nunca los besan pues no desean posar sus labios en un esclavo. Un esclavo de seda acaba conociendo a su dueña tan bien que pueden reconocerla a pesar de llevar ropa y velo. Los hombres goreanos suelen despreciar a los esclavos de seda y no los tratan bien. Cuando se derrota una ciudad, los vencedores suelen acabar con la vida de los esclavos de seda por resultarles desagradables.
Un tipo poco común de esclavos son los llamados esclavos de seducción. Se utilizan como señuelo para mujeres libres, colocándolas en situaciones comprometidas de manera que se las pueda esclavizar de acuerdo con las Leyes del Lecho (eng. Couching Laws). Las Leyes de Lecho existen en algunas ciudades goreanas y pueden tener su origen en Ar. Básicamente la ley establece que cualquier mujer libre que yazga con el esclavo de otro, o que se disponga a hacerlo, se convierte en esclava del propietario del esclavo. “De lecho” es un eufemismo para referirse a las relaciones sexuales. Milo, un esclavo de Magos de Gor, es el principal ejemplo de esclavo de seducción. Milo es un hombre corpulento, con garbo, de pelo rubio rizado. Se le considera excepcionalmente apuesto y vestía túnica de seda púrpura además de sandalias doradas. Era a su vez un afamado actor. Su amo, Appanius, le hacía atraer a las mujeres para citarse secretamente con él. Una vez que las mujeres estaban listas para tener sexo con Milo, Appanius salía de su escondite con un par de testigos, para esclavizar a la mujer, apelando a la Ley del Lecho. Las actividades de Milo fueron bastante efectivas y su trabajo como esclavo de seducción se mantuvo en secreto durante bastante tiempo. En ciudades donde no exista esta ley, los esclavos de seda pueden ofrecerse tranquilamente a las invitadas. Por otro lado, un esclavo puede ser asesinado por tocar a una mujer libre sin permiso.
Los exóticos, son una especie de kajiri muy valiosos. Criados o entrenados para propósitos específicos. Debido a su escasez suelen alcanzar grandes precios. Pueden presentar deformaciones como lóbulos especialmente grandes u otras características específicas. Las variedades de exóticos entrenados es ilimitada. Un tipo de exótica entrenada era una mujer que se crió sin conocer la existencia de los hombres. Un hombre podría ser criado de la misma manera, desconociendo la existencia de las mujeres.
Los kajiri, rara vez llevan collares cerrados con llave. En su lugar suelen llevar bandas de hierro cerradas a golpe de martillo alrededor de sus cuellos. Al contrario que las kajirae, no hay un tipo de vestimenta específico para los kajiri, ya que los goreanos no desean que se les identifique a simple vista, porque les cuesta reconocer cuán numerosos son los esclavos varones especialmente en las ciudades. La lana de hurt se utiliza normalmente en la ropa de esclavos, pues absorbe el sudor bien. En muchas ciudades, las eslavas han de llevar siempre visible un símbolo de su esclavitud, como el collar. Los esclavos varones están exentos de esta ley por la misma razón por la que no llevan una indumentaria que los identifique como esclavos. Los goreanos temen que los esclavos varones se subleven. La sublevación de esclavos que aconteció en Tharna, en Proscrito de Gor, es una preocupación constante en otras ciudades.
Las kajirae frecuentemente desprecian a los kajiri, pues se consideran la única propiedad legítima de los hombres. Consideran una gran vergüenza que un esclavo las toque. Sin embargo, a los varones se les permite con frecuencia que dispongan de una esclava para su placer, especialmente como recompensa. Sin embargo, es común matar a un esclavo que toca a una kajira sin permiso. Las esclavas miran con desdén a los esclavos porque no los consideran verdaderos hombres al haber sido esclavizados.
Los kajiri suelen arrodillarse, al igual que las mujeres. No se sientan con las piernas cruzadas como hacen los hombres libres. El hecho de que separen o no sus rodillas depende del deseo de su propietario. También se les puede marcar como a cualquier esclava pero no es tan normal como en ellas. A los varones se les marca con una gran kef, si bien en lugar de ser la kef cursiva de las kajirae, es una K mayúscula. Es más caro mantener a un esclavo varón que a una esclava. En otros aspectos, a los esclavos se les trata de la misma manera que a ellas. Igualmente se les considera una mera propiedad. Han de mostrar respeto a todos los libres y están sujetos a que cualquier libre les discipline.
Los kajiri tienen más facilidades para recibir la libertad, aunque suele ponérsele en situaciones peligrosas para conseguirla. En caso de ser necesario, se les puede liberar y proporcionar armas si la ciudad está siendo atacada y se necesitan más hombres. Tarl Cabot fue esclavizado en multitud de ocasiones pero siempre consiguió la libertad. Jason Marshal llegó a Gor como esclavo pero igualmente consiguió su libertad. Las Panteras, suelen capturar a los hombres que entran en sus territorios, los hacen sus esclavos y los venden una vez se han cansado de ellos. Éstos recuperan su libertad una vez que abandonan los Bosques del Norte.
Pocos terrestres son abducidos por los Reyes Sacerdotes y traídos a Gor para ser esclavos. De hecho, pocos hombres son traídos a Gor, en general. Se cree que el primer terrestre que fue traído a Gor como esclavo fue Jason Marshall, en los libros 14 al 16. Es sorprendente que no ocurriera en más ocasiones. Algunos terrícolas serían estupendos esclavos de seda. Otros serían aceptables esclavos de trabajo. Esto podría deberse en parte al general desprecio de los goreanos hacia los terrestres. Sin embargo aún parece potencialmente un negocio bastante lucrativo para un esclavista emprendedor, especialmente para un agente de los kurii.