La joven bárbara fue secuestrada con muy poca edad y llevada a Puerto Kar, donde fue vendida por los esclavistas al Ubar. Él no tardó mucho en venderla de nuevo a un viejo casta negra, que desapareció poco después de haber terminado de adiestrarla. Luce una preciosa marca con la letra K tras su muslo derecho, que intenta ocultar bajo el camisk.
En sus travesuras por los salones la acompañan sus dos pequeñas mascotas:
Gruñón, un giani que la acompaña desde que era muy pequeño. Se lo regaló el casta negra para que la cuidara y protegiera.
Pitagorín, un pequeño Urt que encontró en los salones, al que le encantan las nueces. Suele meterse dentro de los pantalones de los Libres en busca de ellas.
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