Lo único que se de mis orígenes es lo poco que me contaron mis padres adoptivos antes de dar su vida para que yo pudiera escapar de los soldados que me perseguían para ejecutarme por haberme hecho pasar por hombre siendo mujer.
Mi padre regresaba solo de una batalla cuando oyó unos gemidos agonizantes procedentes de un montón de cadáveres, interesado se acercó al montón y vio que algo se movía entre un motón de vísceras, creyendo que era una rata empuño su espada para matarla y bajaba su brazo cuando vio salir de entre las mismas una mano pequeña y raquítica, entonces soltó la espada y empezó a destapar la mano, encontrándome casi agonizando.
Me llevó a su casa y su mujer que era sanadora logro arrancarme de las garras de la muerte y sanar mis heridas y mis enfermedades. Decidieron que me harían pasar por su hijo y para evitar que la gente sospechara y yo diera con mis huesos en una subasta de esclava cambiaron de pueblo y de nombre.
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